¿Qué es?
Es una inflamación de la inserción (o entesis) de la muscultura epicondílea (múculos extensores de la muñeca y los dedos) en su inserción en el epicóndilo lateral del húmero, en la articulación del codo. Especialmente del extensor radial corto del carpo.


¿Cómo se produce?
Es una inflamación de la inserción (o entesis) de la muscultura epicondílea (múculos extensores de la muñeca y los dedos) en su inserción en el epicóndilo lateral del húmero, en la articulación del codo. Especialmente del extensor radial corto del carpo.


Se produce por microtraumatismos repetidos de tracción (arrancamiento) en la inserción en el epicóndilo. Es habitual en la práctica de tenis y pádel, por ejemplo; pero también al hacer esfuerzos repetidos con el codo en flexión.
Ocurre un dolor que aparece lentamente en la cara lateral y se extiende hacia el antebrazo. Ocasionalmente puede llegar hasta 3º-4º dedos.


El dolor aumenta al extender la muñeca.
Es típico al coger una silla o una jarra que pese.


Diagnóstico
El diagnóstico se hace con la clínica, aunque se puede confirmar con ecografía o resonancia magnética.
En las radiografías no se ve nada salvo que haya calcificación en la inserción del tendón.
Tratamiento
El diagnóstico se hace con la clínica, aunque se puede confirmar con ecografía o resonancia magnética.
En las radiografías no se ve nada salvo que haya calcificación en la inserción del tendón.
Se ha demostrado que lo más importante para la curación es modificar las actividades de la vida diaria


Para mejorar lo mejor es evitar usar el codo en flexión con pesos.


También es muy importante hacer estiramientos.


Aplicar hielo después de realizar los ejercicios.


Se puede masajear la zona con cremas anti-inflamatorias.
La fisioterapia con láser, US y en algunos casos ondas de choque pueden acelerar la curación del cuadro.


La cincha epicondílea puede dar sensación de confort, además de hacer evitar/recordar al paciente la flexión con carga.
Limita la expansión de los vientres musculares durante la contracción.


Igualmente la codera.


Las infiltraciones con corticoides del tipo del Trigon® (Triamcinolona acetónido) con anestésico local; son efectivas a la hora de paliar e incluso solucionar el dolor intenso. Pero estas infiltraciones han de ser acompañadas por todas las recomendaciones previas.
Las infiltraciones también se pueden hacer con plasma rico en factores de crecimiento. En algunos casos son efectivas, pero no siempre.
Los anti-inflamatorios no esteroideos (ibuprofeno, dexketoprofeno, diclofenaco, etoricoxib…) pueden mejorar el cuadro transitoriamente mientras se estén tomando.
Pero decimos lo mismo que en el epígrafe anterior, es muy importante hacer los ejercicios de estiramiento y evitar las cargas.


No recomendamos ningún ejercicio de potenciación antes de haber superado el dolor.
Después se harán progresivamente y con mínimas cargas, hasta conseguir aumentarlas.
Ejercicios
ESTIRAMIENTO DORSAL


Con el brazo estirado y la palma hacia abajo, coja los dedos con la otra mano y tire hacia usted.
Dos o tres veces al día manteniendo la posición 20-30 segundos.
Se recomienda hacer 10-15 repeticiones.
ESTIRAMIENTO PALMAR


Con el brazo estirado, flexione la muñeca apoyando la palma en la pared.
Dos o tres veces al día manteniendo la posición 20-30 segundos.
Se recomienda hacer 10-15 repeticiones.
ESTIRAMIENTO EN PARED


Con el brazo estirado, flexione la muñeca apoyando la palma en la pared.
Dos o tres veces al día manteniendo la posición 20-30 segundos.
Se recomienda hacer 10-15 repeticiones.
ESTIRAMIENTO CON BRAZO EN ALTO


Apoyando la mano en una esquina, eleve el brazo, gire el tronco y estire.
Dos o tres veces al día manteniendo la posición 20-30 segundos.
Se recomienda hacer 10-15 repeticiones.
En determinados casos (sobre todo si hay calcificación en la inserción tendinosa) la terapia con ondas de choque puede resultar beneficiosa.
Esta se realiza en centros de fisioterapia.