Prótesis de Cadera

La cadera es la articulación del fémur (muslo) con la pelvis. Movemos la cadera, por ejemplo, al andar o doblar el muslo para atarnos los cordones de los zapatos. Esta articulación se puede estropear por una fractura, artrosis degenerativa, artritis, enfermedades en la infancia, choque fémoro- acetabular, infecciones, radioterapia, necrosis avascular…).  u otras causas. El dolor en la cadera generalmente aparece en la ingle y cara lateral del muslo y se suele acompañar de cojera. Es muy importante plantear un adecuado diagnóstico diferencial con la patología de columna que con mucha frecuencia se solapa.

Cuando los tratamientos médicos, la rehabilitación y /o las infiltraciones ya no funcionan se indica una prótesis de cadera.

Las prótesis se fabrican con materiales que permiten una movilidad lo más parecida a la movilidad normal y que el cuerpo tolera bien. Los materiales más frecuentemente usados son titanio, cromo-cobalto, vanadio molibdeno, acero, polietileno, cerámica. A veces se usa cemento para fijar la prótesis al hueso.

Las prótesis pueden ser totales o parciales. En las parciales solamente se cambia la cabeza del fémur. Este tipo de prótesis se suelen usar en pacientes mayores que han sufrido una fractura y/o que no tienen mucha actividad física.

En las prótesis totales se recambian las dos partes de la articulación: la cabeza del fémur y el acetábulo o cotilo de la pelvis.

Hay diferentes modelos de prótesis y diferentes vías de abordaje para realizarla, que se suelen escoger según las necesidades del paciente y preferencia del cirujano.

Tipos prótesis de cadera
Prótesis de cadera

La cirugía protésica es variable según la edad, el problema por el que se opera y condiciones físicas del paciente. La estancia postoperatoria en el hospital suele ser muy corta, aunque puede alargarse más en pacientes con salud muy precaria. No suele ser muy doloroso. Son importantes unos adecuados niveles de proteínas, hemoglobina y hierro antes de la cirugía. La recuperación completa suele durar 6 meses pero depende mucho del paciente. La vuelta al trabajo se suele realizar entre los 2-4 meses según cada caso.

Las prótesis se pueden degastar con el tiempo, pero necesitan muchos años.  Por eso los pacientes jóvenes (menores de 55-60 años) podrían requerir un recambio protésico transcurridos 20 o más años. Las complicaciones inmediatas más frecuentes son la luxación y la infección; aunque se presentan en menos de un 3% de los pacientes intervenidos.

En España la primera prótesis se puso en los años 70. Hoy en día se ponen unas 35.000 anualmente

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